Author: Verónica
•9:19

La vida de Elena estaba llena de oscuridad. Su madre periodista ni la miraba. Tampoco le confesó el nombre de su padre.
La señora fue al diario donde trabajaba. Mientras la joven aprendía a redactar un reportaje en la clase del profesor de Redacción periodística. Él con sus carcajadas le enseñó a olvidarse de los problemas. En cada párrafo examinó lo escrito por ella.

-Usás muchas ies, debes ser precisa.-aconsejó a su alumna.

-Bueno, profe.

-No repitas las mismas palabras, usá sinónimos.-le siguió recomendando.

-¿Qué querés decir en el lid?-le preguntó curioso.

-Quise decir La Oreja de Van Gogh es un grupo que se formó en San Sebastián, País Vasco, España.-respondió.

-Ah, bueno, tenés que ponerte en lugar de tu lector, él tiene que entender lo que decís, no existe una página de erratas en el diario.-recomendó a la aprendiz de periodista.

-¡Qué exigente es!-le dijo.

-Es porque quiero que aprendas, Elena.-le explicó sus razones, luego se retiró para atender la consulta de otro alumno.

Elena intentaba escribir de nuevo. Era dificil para ella volver a empezar un parágrafo. Tanteaba en cada línea. Borraba una frase porque no encajaba con el escrito.

"Ya sé, voy a enfocar la trayectoria del grupo", se dijo. Le parecía genial redactar sobre La Oreja. A los 12 años escuchó la canción Cuídate. La sabia de memoria.

Regresó donde ella el profesor. Notó que Elena sonreía. Le gustaba verla así aunque sea por primera vez. En su corazón guardaba un secreto. Pero no era el lugar ni el momento adecuados para divulgarlo.

-A ver, Elena, cómo quedó el reportaje.-curioseó.

-¡Qué buen trabajo!-exclamó y después la interrogó-¿De dónde heredaste ese talento?

-Creo que de mi madre,-dudó-aunque ahora no la quiero recordar.

Dentro de él una voz decía "Voy a contarle que soy su padre, me necesita".

-¿Qué le pasa profe?

Él no volvía a la Tierra. Se cuestionaba y cuestionaba. En su mente había una guerra entre un sí y no.

-Está pálido, qué le sucede.-se preocupó ella.

-Nada, hija.-dijo sin querer.

-¿Por qué me llamó hija?- se asombró al escuchar esa palabra.

-Disculpa, Elena, es que me haces recordar a mi hija.-mintió.

-Ah, era sólo eso, me asustó.-expresó ella aliviada-Pensé que se sentía mal.

-No, estoy bien.-disimuló.

De repente, se abrió la puerta del salón. Era Alba Llobregat, la mamá de Elena.

-Ni se te ocura influir en mi hija.-le increpó al profesor.

Elena decidió salir del aula. Escuchaba desde el patio que discutían los dos. No le dió importancia.

-Ella es mi hija, tengo que contarle.-le rogó a Alba.

-No te das cuenta que eres su profesor.-le sermoneó-Tu confesión será inoportuna.

-Es mi hija y le voy a decir toda la verdad.-terminó diciendo.

Él se dirigió al patio donde se hallaba Elena. La abrazó como a la princesita de sus ojos. Lagrimeó un poco y...

Obs: Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia, este cuento es como es el intento de retener en la memoria esas clases en la facultad y agradecerle al profesor por tanta paciencia y esmero que se evidenciaba en ellas. ¡Por los recuerdos para que no se pierdan en la memoria!
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