Sí, tú, que estás sentado en la oficina
y tomando café
algun día conocerás la oscuridad
y te acordaras de mí,
pero te tendré siempre en mi libro negro
por tu maldad.
No saldrás de allí,
ni tu linda sonrisa de no sé te salvará.
Bien, tengo defensora jaja
y no pienses golpearme otra vez.
Por fin no veré tu cara
y ese desinterés
Por fin la luz brilla para mí
y la Justicia también,¿ves?
la calladita es peligrosa.
poemas
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