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Caminaba sola en las calles de Roma. Me encantaba todo lo que veía, hasta que una cara conocida se me acercó. Me saludó en guaraní. ¡Ay, otra vez él! ¿Se enteró de que estoy en esta ciudad?
Con su carita de niño lindo me pregunto cómo estaba. Le respondi ¡bien!.
-¿Qué te trae por Roma?
-Acá estudiando...
-Ah sí me habias dicho que te gusta, lo recuerdo.
-¿Y tú qué tal?
-Acá estudiando también, enseguida viene mi amigo Adriano.-dije intentando que se marchara porque el corazón me estaba traicionando una vez más.
-¿Es tu novio? por eso me persuades para que me vaya.
-No, para nada, es que tenemos que estudiar mucho.-disimule mi turbación-Mañana rendimos Derecho internacional.
-Ah.
-Disculpa, me llaman.
-Espera.-dijo y me di la vuelta hacia él.
El beso nació. No pude escaparme.
(Imagen: blog.enfemenino.com)
Es una historia ficticia cualquier coincidencia con la realidad es pura casualidad. No se atentara contra mi derecho de libre expresión(art. 26 de la Constitución Nacional Paraguay). Fuera la censura:D
2 comentarios:
Bello!... muy tierno lo que escribiste, amiga. :)
gracias, yaya:)